León XIV, un mes de pontificado

Eran las 18:07 horas en Roma cuando la fumata blanca, tan esperada apareció. El entusiasmo de tantísimos fieles ahí reunidos fue general; aunque no estaban solos, gracias a los medios de comunicación social, hoy más que nunca, se siguió en directo cada uno de los acontecimientos del cónclave aunque no pudiéramos estar en Roma. Entusiasmo y oración, mientras esperábamos el nombre del nuevo Papa. Por fin, aquel 8 de mayo, a las 19:14, el Cardenal Mamberti se asomó al balcón de la Basílica de San Pedro para anunciar el famoso “Habemus papam” que tanto esperábamos.
Sus primeras palabras fueron las de Cristo Resucitado: “Paz a vosotros”, deseando la paz a este mundo fragmentado, “una paz desarmada y desarmante, humilde y pereseverante”.
Paz, unidad, diálogo, caridad, Sinodalidad, misión, diálogo…
Un hijo de San Agustín, un misionero con sangre española, siervo de los siervos de Dios. Papa León rezamos por usted, en esta gran tarea que el Espíritu Santo le ha encomendado.

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