Celebramos a Santa Juana Jugan

Tras estos nueve días de intensa preparación, por fin hemos llegado al gran día, la celebración de la solemnidad de Santa Juana Jugan, para los que formamos parte de la familia de las Hermanitas de los Pobres.

¿Por qué el 30 de agosto?

Sabemos que, a lo largo del año, la Iglesia recuerda a muchos santos que cultivaron durante su vida las virtudes de la Fe, la Esperanza y la Caridad y supieron, de un modo u otro, imitar perfectamente al Señor, nuestro Maestro. Normalmente, la Iglesia lo celebra el día en que se encontró con su Creador, el día de su muerte, que es la entrada en la VIDA VERDADERA.

¿Cómo vivió sus últimos momentos Sor Mª de la Cruz?

Podemos leer en su biografía, el libro “Humilde para amar” de Paul Milcent: «Durante el verano de 1879, pareció debilitarse. El 27 o 28 de agosto vio a su confesor y recibió de él el perdón de Dios. Él quedó admirado este día de su actitud tan despierta, tan presente.

Al día siguiente por la mañana, después de la misa, se encontró mal; la tendieron sobre una cama. Recobró el conocimiento y le administraron el sacramento de los enfermos. Pudo rezar a media voz: “María, vos sabéis que sois mi madre, no me abandonéis! … Padre eterno, ¡abrid vuestras puertas, hoy, a más miserable de vuestras hijas, pero que tiene un gran deseo tan grande de veros!” Y con voz ya más débil: “¡María, mi buena madre, venid a mí. Sabéis que os amo y que deseo veros.” Después se extinguió dulcemente.

Sobre su lecho de muerte, tenía un aspecto tan tranquilo, tan reposado, que no se cansaban de mirarla.»

Y en una nota a pie de página indica: «No hay certeza sobre la fecha de su muerte. El acta de defunción y el acta de inhumación llevan la misma fecha, el 29 de agosto. Sin duda hay un error porque es muy poco probable que la hubiesen enterrado el mismo día de su muerte. Algunos testimonios permiten pensar que murió el 28, fiesta de san Agustín, y por tanto fiesta solemne entre todas del padre Le Pailleur. Para no turbar la fiesta, habrían tenido callada hasta el día siguiente la muerte de sor María de la Cruz. Ninguna circular anunció esta muerte. Un año más tarde, el padre Le Pailleur la nombró de paso, como “su tercera hija espiritual”, y añadió: “murió aquí hace poco”.»

Por lo tanto, la fecha oficial de la muerte de Juana es el 29 de agosto. Ese mismo día, la Iglesia celebra el martirio de San Juan Bautista. Esta es una de las razones por las que la fiesta litúrgica de Santa Juana Jugan es el 30 de agosto.

LITURGIA DE LA PALABRA

 

ANTÍFONA DE ENTRADA

Venid vosotros, benditos de mi Padre; estuve enfermo y me visitasteis. En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, grandeza de los humildes, que has inspirado a santa Juana, virgen, servirte en los ancianos pobres con la humildad de una vida escondida. Concédenos, a su ejemplo y por su intercesión, manifestar entre los hombres el misterio de tu amor revelado a los pequeños. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA

Parte tu pan con el hambriento

Lectura del Libro de Isaías                     58,6-11

Este es el ayuno que yo quiero: soltar las cadenas injustas, desatar las correas del yugo, liberar a los oprimidos, quebrar todos los yugos, partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, cubrir a quien ves desnudo y no desentenderte de los tuyos. Entonces surgirá tu luz como la aurora, enseguida se curarán tus heridas, ante ti marchará la justicia, detrás de ti la gloria del Señor. Entonces clamarás al Señor y te responderá; pedirás ayuda y te dirá: «Aquí estoy». Cuando alejes de ti la opresión, el dedo acusador y la calumnia, cuando ofrezcas al hambriento de lo tuyo y sacies al alma afligida, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad como el mediodía. El Señor te guiará siempre, hartará tu alma en tierra abrasada, dará vigor a tus huesos. Serás un huerto bien regado, un manantial de aguas que no engañan.

SALMO 22(23)

R/. El Señor es mi pastor, nada me falta.

El Señor es mi pastor, nada me falta:

en verdes praderas me hace recostar;

me conduce hacia fuentes tranquilas

y repara mis fuerzas.

Me guía por el sendero justo,

por el honor de su nombre.

Aunque camine por cañadas oscuras,

nada temo, porque tú vas conmigo:

tu vara y tu cayado me sosiegan.

Preparas una mesa ante mí,

enfrente de mis enemigos;

me unges la cabeza con perfume,

y mi copa rebosa.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan

todos los días de mi vida,

y habitaré en la casa del Señor

por años sin término.

SEGUNDA LECTURA

Amemos de verdad y con obras

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan             1 Juan 3,14-18

Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en la muerte. El que odia a su hermano es un homicida. Y sabéis que ningún homicida lleva permanentemente en sí vida eterna. En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos. Pero si uno tiene bienes del mundo y, viendo a su hermano en necesidad, le cierra sus entrañas, ¿Cómo va a estar en él el amor de Dios? Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras.

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO

Aleluya, Aleluya.

Bienaventurados los pobres en el espíritu,

porque de ellos es el Reino de los cielos.                     Mt 5,3

EVANGELIO

Bienaventurados los que trabajan por la paz

Evangelio de Jesucristo según san Mateo                           5,1-12a

Al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y se acercaron sus discípulos; y, abriendo su boca, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.